Los festejos populares son uno de los grandes atractivos en Euskadi: las ciudadanas y los ciudadanos se unen y comparten unos días en los que se celebra la historia de una tierra tan rica en tradiciones. Por ello, deberían ser unas fechas pensadas para todos, incluidos los animales… Y no es así, a pesar de que cada vez más personas lo reclaman.
Son muchos los mal llamados “festejos” en todo el territorio vasco que implican maltrato animal y una crueldad y violencia que parecen datar de otra época. Pese a que buena parte de la ciudadanía lleva tiempo manifestando su rechazo a estas prácticas, Euskadi es tristemente conocida en parte por muchas de estas tradiciones que se fundamentan en la explotación, el maltrato y la muerte de animales. Un evento que tendría que celebrar el pasado y la riqueza de Euskadi se convierte con el apoyo de las instituciones vascas en un horror para muchos animales, en especial para toros y bueyes, pero no son los únicos.
Crueldades disfrazadas de tradición: las harri probak
Una de las tradiciones más conocidas en Euskadi son las harri probak, o pruebas de arrastre. En estas competiciones, que se realizan con bueyes (idi probak), burros (asto probak) o caballos (zaldi probak), los animales tienen que avanzar arrastrando una piedra de una tonelada y medio de peso. Suele haber apuestas de por medio, y se explota a los animales para que ganen cueste lo que cueste.
El sufrimiento al que se somete al animal y las heridas que provoca el arrastre en sí ya serían suficientes para eliminar esta “tradición” de las fiestas de Euskadi. Pero no es solo eso. Durante años ha sido costumbre, como han denunciado repetidamente varios colectivos animalistas de la zona, drogar y dopar a los animales.
En 2014 se desató el escándalo. Durante la celebración de unas idi probak en la localidad vizcaína de Erandio, dos bueyes murieron; después se descubrió que les habían inyectado anfetaminas para mejorar su rendimiento en la prueba. Se descubrió poco después que no era ni el primer ni el único caso.
Desde PACMA lo denunciamos públicamente y constatamos que la mayor parte de la ciudadanía vasca rechaza estos maltratos sistemáticos que se llevan a cabo con la excusa de la “tradición”. Al responsable se le castigó con una pena insuficiente: tres meses de prisión y un año de inhabilitación. Sin embargo, sirvió para que se comenzase a mirar a esta actividad, considerada deporte tradicional vasco, con otros ojos.
A pesar del rechazo y la polémica que rodean a este tipo de pruebas, ni los ayuntamientos ni el Gobierno vasco toman medidas para que esto no suceda. De hecho, más bien al contrario: estas pruebas se publicitan como una gran atracción en los municipios, cuando ya no deberían existir.
Los festejos, la pesadilla de muchos animales en Euskadi
Pero el maltrato animal en los festejos vascos no se reduce a las harri probak; los festejos taurinos en general, como las novilladas y las corridas de toros, también tienen su lugar en algunos municipios. En 2018 el colectivo animalista Askekintza publicó el documental Gurean, que documenta cuatro años de festejos de este tipo y en los que cubre tanto Euskadi como Navarra y las tres provincias vasco-francesas. Las imágenes son, cuantos menos, espeluznantes, y dan cuenta de una realidad que las instituciones vascas no pueden continuar ignorando.
En el documental, aparecen crueldades disfrazadas de tradición como los campeonatos de tiro de palomas o codornices, el toro ensogado o el famoso “Antzar Eguna” o día de los gansos en Lekeitio. Este último festejo ha sido uno de los más polémicos en los últimos años. Consiste en que las cuadrillas salen en pequeñas embarcaciones y de uno en uno agarran por el cuello a un ganso colgado, lanzándose al agua. El resto comienza a tirar de la cuerda, hasta que se le corta la cabeza.
Hasta 1986, hace poco más de 30 años, los gansos estaban vivos. Ahora ya están muertos, pero se les ejecuta específicamente para la celebración de la fiesta. Sin embargo, muchas personas rechazan, en cada vez mayor medida, este horror: en 2018, según el diario Público, 56 de las 90 cuadrillas participantes emplearon el “Antzartek”, un ganso mecánico. Sin embargo, todavía hay muchos grupos que continúan empleando gansos muertos.
El cambio de conciencia en nuestra sociedad se ha extendido por todo el país y muchas personas se han manifestado en contra de estas crueldades. Desde PACMA seguimos trabajando para ser la voz de los animales, los olvidados, en todas partes, también en Euskadi.
Lo mismo de bestias que las restantes tribus apañolas.Son primos hermanos.
Barbaria, es esto. No hay arreglo.
no evolucionan ? digo esta gentuza .que sigan la tradicion pero que se cuelguen esas piedras de sus hueteticulos o cogotes y si no pueden venga un latigazo a que joderia PAZ para todos los animales
Siento vergüenza ajena. Son seres vivos. Que desaparezca YA!!!. Eso no debería de existir y menos en fiestas en donde hay niños.