Los pantanos de España se encuentran al 39’2% de su capacidad, casi un 30% inferior a la media del último decenio. Es un porcentaje muy similar al de comienzos de los años 90, en el que las restricciones en la mitad del país dificultaron el acceso al agua. Sin embargo, el descenso en las precipitaciones, aunque evidente, no ha sido tan fuerte como en aquellos años, por lo que, al margen de que se produzcan menos precipitaciones, nuestros hábitos industriales y de consumo están también detrás de la sequía. Pocos podían pensar que una comunidad autónoma como Galicia llegara a estar en alerta por falta de agua.
En PACMA trabajamos por una sociedad en la que podamos convivir de forma sostenible con nuestro planeta y con los animales que la habitan. Por eso luchamos por la inclusión de un menú vegano y vegetariano en Organismos Públicos y en el fomento y promoción mediante campañas publicitarias de un consumo ético y una dieta libre de productos de origen animal.
¿Y qué tiene que ver el consumo de carne con la sequía?
Es importante adoptar hábitos de consumo responsable para frenar la sequía. Entre ellos, la reducción del consumo de carne. El dato es claro: la producción de carne y lácteos consume el 70% del agua dulce en el mundo.
“Se consumen 15.000 litros de agua para producir un kilo de carne de vaca”, según la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.
En primer lugar, se necesitan 15 veces más litros de agua para producir un kilo de carne que de cereales. Se consumen 15.000 litros de agua para producir un kilo de carne de vaca, según la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.
Adoptar una dieta vegetariana no sólo ayuda a mantener sano nuestro cuerpo y nuestro entorno, también frena la explotación de animales en granjas industriales y ayuda a paliar la escasez de agua. De nada ayuda, por tanto, los proyectos de macrogranjas que hay previstos por todo el país, y que han convertido ya a España en el estercolero de Europa, contaminan los acuíferos naturales por filtración de nitratos provenientes del purín, lo que agrava la situación. Además, según la FAO, el sector ganadero genera más gases de efecto invernadero que el transporte. Lo que contribuye al cambio climático que priva a España de lluvias.
En el resto de Europa solucionan esta difícil convivencia entre la ecología y las granjas importando la carne desde España, que tiene políticas más flexibles para este tipo de instalaciones. Así nos convertimos en la sucia granja de una parte de los países de Europa e hipotecamos nuestro futuro.
El futuro esta en nosotros. En combinar la razón y la compasión, en extender una nueva cultura de que el mundo es un conjunto armónico de seres vivos.
Uno estamos ligados a otros. Las personad, los animales, las plantas y el mundo inanimado.
mientras no busquemos como tender puentes con el resto de las personas para ser sensibles, la situacion sera grave y desastrosa.
Necesitamos ser conscientes y buscar herramientas de colaboracion ante la apatia y falta de respeto hacia el planeta.