La comparecencia de ayer de la Ministra de Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, en la comisión de Cambio Climático, dejó claro que la lucha para salvar el planeta no es una prioridad para el Partido Popular. Mientras las temperaturas se vuelven más extremas cada año, los ríos se secan, las playas desparecen y el agua para el consumo se agota, los representantes de los ciudadanos pierden el tiempo divagando sobre responsabilidades, en lugar de trabajar unidos para poner en marcha políticas efectivas que eviten una catástrofe en un futuro demasiado cercano.
Una de las propuestas más importantes de PACMA dirigida al Gobierno, que supondría un impacto positivo e instantáneo en la calidad del medio ambiente español, es la paralización de los proyectos de construcción de macrogranjas ganaderas en el país, ademas de la aplicación de políticas mucho más restrictivas con las que ya operan, donde se maltratan y ejecutan sistemáticamente a millones de animales. El sector ganadero es el mayor contaminante mundial de la atmósfera y el almacenamiento de purines (excrementos) también afecta a la calidad del agua de los acuíferos naturales.
Según los últimos estudios, el 93% de los españoles respira aire contaminado. En estas circunstancias, resulta vergonzoso que el Gobierno se haya convertido en la principal traba para cerrar un calendario de plazos que ponga fin a la industria térmica, uno de los principales contaminantes atmosféricos. Más aún teniendo en cuenta que el gobierno se ha quedado solo en su defensa del carbón y en los últimos meses hasta las empresas eléctricas han lamentado las trabas gubernativas para cerrar las centrales.
Silvia Barquero, presidenta del Partido Animalista, recuerda al gobierno que “la Comisión Europea ya ha advertido a España de las consecuencias legales a las que se enfrenta si continuamos por este camino y seguimos incumpliendo las Directivas Comunitarias relativas a la calidad medioambiental y a una atmósfera más saludable en Europa”.
Además, el Partido Animalista insta al Gobierno a llevar más allá los requerimientos de Europa y apostar por las energías renovables, derogar el impuesto al sol y convertirse en un ejemplo de país respetuoso con el medioambiente, a la vez que generador de empleo en el sector energético sostenible.
Una buena sanción al gobierno de España por su ineptitud ante el cambio climático estaría bien.