Seguimos recibiendo testimonios de cuidadoras de colonias felinas que se encuentran con problemas e impedimentos por parte de ayuntamientos y fuerzas de seguridad para alimentar y atender a los gatos. Es el caso de Valencia, donde la Policía Autonómica ha llegado a amenazar a una alimentadora con una multa de 3.000 euros cuando se dirigía, cumpliendo con todas las medidas de seguridad, a alimentar a los gatos de una colonia.
El Ayuntamiento de Valencia impuso una restricción de tres días a la semana para cuidar a las colonias felinas del municipio, originando que muchos animales se queden sin alimento durante varios días, debido a que no en todas las colonias es posible depositar agua y pienso para dos o tres días. En el real decreto por el que se declaró el estado de alarma no figura ninguna restricción de este tipo, por lo que entendemos que, siempre que se cumplan las medidas de seguridad, es ilegal imponer este tipo de medidas restrictivas a nivel local.
Por ello, desde PACMA nos hemos dirigido al alcalde de Valencia, Joan Ribó, y a la concejala de Bienestar Animal, Gloria Tello, para que se supriman estas restricciones, injustificadas.
Amenaza de 3.000 euros de multa a las cuidadoras
El abuso de poder en ciertos casos por parte de las fuerzas de seguridad locales en Valencia es patente. El Ayuntamiento de Valencia ha informado debidamente a las fuerzas de seguridad de que se puede alimentar a los animales durante el estado de alarma, siempre respetando las medidas que señala el Gobierno: debe acudir una sola persona, durante los horarios de menor afluencia, espaciando las salidas y sin mantener contacto con otras personas. A pesar de ello, hemos tenido constancia de comportamientos abusivos, por parte de algunos miembros de la policía, tanto local como autonómica, que no dudan en abusar de su poder y amenazar a las cuidadoras, como en este caso, con hasta 3.000 euros de multa.
Las cuidadoras de colonias felinas son personas voluntarias, que llevan a cabo su labor de forma desinteresada y que, como nos han hecho llegar desde diversos puntos de España, están plenamente dispuestas a continuar realizándola cumpliendo con todas las medidas de seguridad para evitar contagios. A pesar de ello, ayuntamientos y algunos miembros de las fuerzas de seguridad no dudan en interrumpir e impedir su actividad, haciendo que en muchos casos los animales no reciban su alimento.
Desde el momento en que se declaró el estado de alarma, el Gobierno ha señalado en repetidas ocasiones que el cuidado de colonias felinas está permitido como actividad individual. Por ello es inadmisible que se impida la continuación de esta labor y que se descuide de esta manera a los animales, ya que el real decreto del estado de alarma está por encima de cualquier decisión municipal y como tal se debe respetar.
Debemos dejar que las personas voluntarias, que desinteresadamente dedican su tiempo a cuidar de los animales más vulnerables durante todo el año, continúen con su actividad, pues de ninguna manera contribuyen a empeorar la situación actual, sino más bien al contrario.
Los animales que viven en la calle se encuentran ahora más vulnerables que nunca, y necesitan que sus cuidadoras continúen con su labor. Pedimos al Ayuntamiento de Valencia que rectifique y elimine la restricción de la alimentación de colonias a tres días y que informe debidamente de nuevo a las fuerzas de seguridad de que esta acción está permitida.
No pueden dejarlos morir
Voy a seguir alimentando a la colonia y a la gatera que lo necesite,cumpliendo las normas,pero si me multan no la voy a pagar,me pueden piner las que quiran
DEBERIA DARLES VERGUENZA TOMAR ESTAS MEDIDAS. PERO TODO VUELVE Y AQUI…TODA ESTA GENTE RETROGRADA MORIRA DE HAMBRE EN POCO TIEMPO….
Siempre la misma basura. Los animales no se pueden morir de hambre. Asique yo tambien seguire haciendo mi papel. Que controlen otro tipo de fechorias mas dañinas para la sociedad.
Quien da de comer a los animales que son dependientes ,no son criminales. Persigan otros tipos de actividades malas ,que hay muchas.
Que disparate.
Además es súper contraproducente porque obliga a dejar más comida cada vez lo cual es menos higiénico.
De nuevo demuestran lo poco que les importan los animales.