De nuevo documentamos la decadencia de la tauromaquia, en este caso una clase práctica del I Encuentro Internacional de Escuelas Taurinas en Toledo; unas imágenes que evidencian un evento desolador, repugnante y acabado.
A pesar de la participación de alumnado proveniente de los otros dos únicos países de Europa en los que se permite la tauromaquia (Portugal y Francia), la plaza de toros de Toledo permanecía casi vacía y en relativo silencio mientras varios niños aprendían, con las torpezas propias de los principiantes, a atinar con la espada para matar a los becerros.
Nos ha sorprendido encontrarnos con un recinto casi sin espectadores a pesar de tratarse de un evento de relevancia internacional. Sabemos que los datos de la tauromaquia reflejan una marcada tendencia a la extinción, pero no nos imaginamos que en una ciudad de tal arraigo taurino como Toledo ya se le diese la espalda de esta manera. La entrada a la clase práctica era gratuita, con el único requisito de hacer una aportación para el Banco de Alimentos de Toledo a la entrada.
Es normal que cada vez menos gente acuda a estos espectáculos por lo desagradables e hirientes que son. En las imágenes se aprecia cómo los becerros, de pequeño tamaño, intentan defenderse y escaparse de constantes asedios hasta que los aprendices, algunos de ellos niños de menos de 18 años, aciertan con el estoque.
España, a años luz de cumplir las indicaciones de la ONU
La semana pasada presentamos un informe ante el Comité de Derechos del Niño de las Naciones Unidas que lleva por nombre “Desprotección de la infancia frente a la violencia de la tauromaquia en España”. En este documento, argumentamos y demostramos cómo España no solo ha incumplido el requerimiento del Comité de alejar a los niños de la tauromaquia, algo que se encuentra entre los “principales motivos de preocupación relacionados con la violencia contra los niños”, sino que ignora deliberadamente dicha indicación.
“Respecto a las escuelas taurinas, Andalucía, Aragón y País Vasco establecen, respectivamente, la edad mínima de 10 y 12 años para poder ser alumno. En el resto de comunidades no hay una edad mínima para poder empezar a ser instruido en el toreo. Además, los y las menores a partir de los 14 años pueden ya participar en las clases prácticas, en las que se utilizan armas como puyas, banderillas, estoques o puntillas con los animales”, expone Eva Ramos, nuestra asesora jurídica.
Desde PACMA nos mostramos optimistas en lo que respecta al panorama sociocultural; con vacíos como este, cada vez tenemos más claro que, aunque la administración la siga manteniendo a flote, la tauromaquia no tendrá cabida en el futuro; entre otras cosas, porque no tendrá prácticamente relevo generacional ni público de aquí a unos años.
Ya no sabe uno que decir de esta barbaridad. Hacen pasar verguenzava los demas. Ellos continúan en su reducido y oscuro mundo.