Según un informe de la organización ecologista Friends of the Earth (FoE) que se hará público hoy, ese será el resultado del gran aumento en el consumo europeo de carne, biocombustibles y piensos de Brasil, un país que se arriesga a ver dramáticamente cercenado el bosque del Amazonas en 2020.
Según el documento, el aumento de la producción de carne de vaca*, piensos y biocombustibles crecerá exponencialmente en esta década por la demanda de, entre otros, los países de la UE, que contribuirán así a la deforestación que acelera el cambio climático.
Varias iniciativas de grupos ecologistas exigen en estos momentos a la UE que se replantee la Política Agraria Común (PAC), cuya revisión fue objeto de una reunión de ministros de Agricultura ayer en Bruselas. Los ecologistas no sólo se preguntan qué pueden hacer las instituciones por el clima según ellos, reducir la importación de piensos y biocombustibles, sino cómo pueden contribuir los ciudadanos. "Los consumidores pueden jugar su papel reduciendo la carne que comen".
Desde PACMA recordamos también la importancia de considerar el no consumo de carne desde el punto de vista ético, es decir, por el respeto que debemos a los animales como seres capaces de sentir y experimentar sus propias vidas como individuos.
No es la primera vez que se produce un llamamiento similar. Hace poco más de un año, el músico Paul McCart-ney trató sin éxito de concienciar a instituciones y ciudadanos al apoyar en Bruselas la iniciativa "lunes libres de carne", en la que abogaba por la reducción del consumo como una manera de frenar individualmente el cambio climático. Ni al Ejecutivo comunitario ni a los gobiernos de los 27 les pareció una buena idea. En la reunión de ayer, lejos de tratar los patrones de consumo, los ministros se concentraron en el nuevo diseño de las ayudas agrícolas, que se llevan alrededor del 40% del presupuesto de la UE.
* (nos negamos a utilizar el eufemismo vacuno para denominar la carne de animales sacrificados para consumo)
Más información Público
0 comentarios