El lobo ibérico será incluido en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, lo que supone una gran noticia, aunque dista mucho de una protección real total. Pasará a ser reconocida como especie de protección especial, por lo que dejará de considerarse «cinegética»; pero se dejará la puerta abierta a la realización de «controles de población».
El lobo es uno de los animales más icónicos de nuestro país, pero, tristemente y debido a la persecución por parte de ganaderos y cazadores, ha sido ejecutado en los montes al norte del río Duero durante décadas. Sin embargo, ayer, 4 de febrero, la Comisión Estatal para el Patrimonio Natural y la Biodiversidad aprobó incluir al lobo en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial. Pese a que este dictamen no es vinculante, ya que la decisión final debe ser tomada por el Gobierno central, es un gran paso adelante.
¿Qué pasa con el lobo en España?
Actualmente, las manadas del norte peninsular pueden ser declaradas cinegéticas por las comunidades autónomas, ya que ostentan la competencia en materia de protección del medioambiente, caza y gestión de espacios naturales. Así pues, los lobos no están realmente protegidos al norte del río Duero y cada año mueren decenas ante las escopetas de los cazadores.
El pasado año, la Asociación para el Estudio y la Conservación del Lobo Ibérico (ASCEL) solicitó que el lobo fuese reconocido como especie «vulnerable». La petición fue rechazada, pero el dictamen científico recomendó que se aplicase la categoría de «protección especial» en todo el territorio español. Ahora, esta recomendación se incluye en el borrador de la nueva estrategia de gestión del lobo que prepara el Ministerio de Transición Ecológica, que llevamos un lustro esperando.
La inclusión del lobo en el Listado de Especies Silvestres de Protección Especial supone que no se podrán cazar de manera generalizada en todo el territorio nacional; no habrá cupos de ejemplares cazables cada temporada.
¿Por qué no nos podemos fiar?
Aunque se trate de un paso muy importante, esto no cierra la puerta a la caza del lobo en España. Se mantendrán las batidas autorizadas para realizar «controles poblacionales» en zonas específicas donde se certifiquen daños. Esto quiere decir que, como siempre, los ganaderos culparán a los lobos de cada pérdida que tengan, ya que los «ataques de lobo» suelen ser compensados con mayor cuantía que los de otros animales. Y, como siempre, las administraciones serán laxas con la exigencia de informes científicos, estudios de población y pruebas peritadas de los supuestos ataques.
De hecho, cuatro comunidades autónomas van a recurrir esta protección del lobo. Es el caso de Galicia, Asturias, Cantabria y Castilla y León. Además, Andalucía, Madrid, Murcia y País Vasco votaron en contra de esta decisión.
¿Qué se considera excepción para poder cazar al lobo?
Efectos perjudiciales para la salud y la seguridad de las personas, prevenir perjuicios a cultivos, ganado, bosques, pesca y calidad de las aguas; razones imperiosas de interés público de primer orden, incluidas las de carácter socioeconómico… Excusas que seguramente las comunidades autónomas utilizarán para seguir cediendo ante la presión de cazadores y ganaderos.
Por todo ello, tendremos que seguir muy de cerca todo este proceso, ya que, además, la propuesta no ha salido adelante con unanimidad, ni mucho menos, sino que solo hubo un voto más a favor que en contra.
El siguiente paso es una orden ministerial para para hacer efectiva la inclusión en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y la constitución de un grupo de trabajo para elaborar una nueva estrategia de gestión y conservación del lobo en España.
Dejan a la tórtola europea sin protección
La Comisión de Patrimonio Natural y Biodiversidad también debía valorar la inclusión de la tórtola europea como vulnerable en el Catálogo de Especies Amenazadas. Sin embargo, tras dos votaciones con resultado de empate, han optado solo por suspender temporalmente su caza.
La población de tórtola europea ha descendido un 40% en España entre 1996 y 2016. Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en 2015 se cazaron 795.000 tórtolas; en 2016, 890.000; en 2017, 797.000; y, en 2018, 749.000. Ese año, la Comisión Europea pidió una moratoria para salvar la especie en nuestro país, pero, finalmente, un año después tuvo que abrir un expediente sancionador contra España por no protegerla. Aún así, esa temporada 13 Comunidades Autónomas autorizaron la batida de cientos de miles de ejemplares. Ante la posibilidad de que el Gobierno declarase a la tórtola como especie vulnerable, los cazadores amenazaron con ir a los tribunales si no les permitían seguir matándolas.
¿Hasta cuándo vamos a permitir que el bienestar de los animales en nuestro país esté en manos de la presión de los cazadores?
PACMA sigue siendo el único partido que se opone a la caza de cualquier tipo y contra cualquier animal, sea de la especie que sea y tenga la protección que tenga. Reclamamos que el mismo interés que han mostrado ahora para intentar proteger al lobo ibérico se aplique para todos los animales, con independencia de la situación de conservación de su especie.
Pobres animales cuanta protección les hace falta