Desde el Partido Animalista PACMA cuestionamos la reciente concesión del Premio Princesa de Asturias de las Artes al cantante Joan Manuel Serrat, conocido aficionado taurino, destacando que el galardón debería tener en cuenta no solo la contribución artística, sino también los valores éticos y la coherencia en la trayectoria pública de las figuras premiadas.
«Es innegable que Joan Manuel Serrat es un músico de gran talento y con una amplia trayectoria, pero su apoyo público a la tauromaquia lo descalifica éticamente para un reconocimiento de este calibre», ha señalado Javier Luna, presidente de PACMA. «Los premios no pueden ignorar las posturas públicas de quienes los reciben, sobre todo cuando esas posturas validan prácticas que implican la violencia y el sufrimiento hacia seres vivos».
En PACMA subrayamos que premiar a una persona que defiende «espectáculos de maltrato animal» envía un mensaje contradictorio a la sociedad: «¿Concederíamos un premio a alguien que públicamente apoyara la violencia de género, la trata de personas, la explotación infantil o cualquiera otra forma de violencia? Por muy destacada que sea su carrera artística, su defensa de la tauromaquia lo coloca en el lado equivocado de la ética«, concluye nuestro presidente.
- Foto: Joaquín Sabina, Joan Manuel Serrat, Miguel Bosé en los toros.
“¿Concederíamos un premio a alguien que públicamente apoyara la violencia de género, la trata de personas, la explotación infantil o cualquiera otra forma de violencia?….. se puede decir más alto pero no más claro.
¿Qué podemos esperar de los que con su pretendida ideología de izquierdas avalan el abuso y maltrato de las demás especies? Este señor respalda el maltrato animal, con lo que contribuye a la falta de conciencia con aquellos seres sintientes que son los animales.
También he conocido que trabajó como capador de pollos. Hay casi una generación en España llena de idiotas morales, que hacen el mal de manera banal, por mera irreflexión sobre las consecuencias de sus actos.
«La verdadera prueba de la moralidad humana está en lo que se hace con aquellos que están a nuestra merced» (Milan Kundera); esos que no se pueden defender con éxito de nuestro poder para decidir sobre su vida o muerte, su salud o su perjuicio, su libertad o su opresión, su bien o su mal.