Cataluña se ha convertido en el vertedero de Europa. Actualmente, en Cataluña viven más cerdos que personas, y ello implica terribles consecuencias para los derechos de los animales, para nuestra salud y la del planeta. La connivencia ante los reiterados incumplimientos de la industria cárnica demuestran que la Generalitat se ha plegado a los intereses del sector.
Según El Instituto de Estadística de Cataluña, cada año se explotan y maltratan más de 21 millones de cerdos en Cataluña en las llamadas macrogranjas, espacios alejados de los núcleos urbanos destinados a convertir seres sintientes en objetos destinados al consumo. En la provincia de Lleida la población de cerdos es diez veces superior a la de personas.
Los nitratos que desprenden los purines de estos cerdos están contaminando progresivamente el medio ambiente. Según la Agencia Catalana del Agua, el 41% de nuestros acuíferos están contaminados como consecuencia de la actividad de las macrogranjas. 142 municipios tienen problemas de abastecimiento de agua, de ahí que el Gobierno destine más de 6 millones de euros en proveer agua a las zonas afectadas. Según el informe de Food&Water Europe, las toneladas de purines generados en España en 2015 podrían llenar más de 23 veces la capacidad del Camp Nou. La Generalitat ha ignorado deliberadamente las advertencias del Síndic de Greuges que, en su informe de diciembre de 2016, pedía medidas urgentes para paliar la contaminación de las aguas. Los políticos catalanes han decidido priorizar los intereses económicos a la supervivencia del planeta.
Según la FAO, la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la ganadería ya se ha convertido en el primer contaminante mundial, con un 14,5% de emisiones de gases de efecto invernadero. Las decisiones irresponsables de nuestra clase política están contribuyendo a la aceleración del cambio climático, que amenaza gravemente nuestra existencia.
Por todo ello, el pasado sábado exigimos en la protesta frente a la Generalitat las siguientes acciones dirigidas al Gobierno y a las instituciones competentes:
- Que cesen las políticas que agreden el medio ambiente y sus recursos.
- Que reviertan el modelo económico que ha convertido Cataluña en líder de explotación animal en España.
- Que se comprometan a potenciar y apostar por el sector de la agricultura sostenible.
- Que retornen a Cataluña la salud ambiental que merece su ciudadanía.
- Que se paralicen de inmediato las concesiones de nuevas macrogranjas en Cataluña.
- Que se incrementen las inspecciones en las macrogranjas y la cuantía de las multas.
- Que aumenten la presión fiscal a la industria ganadera causante de la contaminación.
- Que desarrollen e implementen un plan de choque contra la contaminación producida por los nitratos.
- Que pongan en marcha una campaña informativa que detalle los beneficios medioambientales, nutricionales y éticos de las dietas basadas en productos de origen vegetal.
- Que ofrezcan menús veganos y vegetarianos en escuelas, universidades, hospitales, centros penitenciarios y en el resto de organismos que dependan de la administración pública.
No hay voluntad política , no les interesa ni la contaminación de los acuíferos ni el cambio climático y mucho menos el maltrato a los animales . PACMA ojalá vosotros tuvieseís el poder de cambiar los problemas qué tenemos en España .
Me pregunto si la quimera de una Cataluña independiente, evitaría la tortura y asesinato de uno solo de los 21 millones de individuos que masacran allí cada año para placer del paladar. Por ahora, no ha habido nunca ningún gobierno catalán que haya hecho pagar siquiera a esa industria criminal, por todos los daños ocasionados a la tierra, al agua y al aire, destruyendo la salud de sus propios ciudadanos. ¡Menuda forma de amar a Cataluña tienen estas camarillas de caciques!
La mafia identitaria que ha privatizado esa región durante 40 años, prefiere inventar enemigos imaginarios como «España», antes que prevenir un genocidio real o impedir que Cataluña se convierta en un verdadero vertedero de mierda, también ideológica: xenofobia, discriminación, hipocresía, postverdad, fanatismo, fundamentalismo, cultivo del odio para el acoso y persecución del disidente, etc.