PACMA ha presentado en la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía en Sevilla alegaciones a la inscripción en el Catálogo General de Patrimonio Histórico Andaluz como Bien de Interés Cultural de la Rehala y la Montería.
No existe fundamento para considerar las rehalas y monterías como actividad etnológica. Este tipo de actividades son las que representan el patrimonio y la identidad cultural de Andalucía. La muerte y asesinato de animales de forma indiscriminada, el maltrato continuado a los perros de las rehalas, y una actividad que se practica en cotos privado y elitista no se puede considerar como etnológica.
Los rehaleros incumplen de forma reiterada la normativa autonómica de protección de los animales de Andalucía, la Ley 11/2003. Estos animales son sometidos a una vida de esclavitud y maltrato, mantenidos en zulos y perreras en una condiciones higiénico-sanitarias penosas, sin que reciban los cuidados y atenciones adecuados, y atados en muchas ocasiones con un metro de cadena, tal como ha documentado PACMA en numerosas ocasiones.
Consideramos que las monterías impiden a los ciudadanos y ciudadanas de Andalucía el disfrute de su entorno natural. El Estatuto de Autonomía de Andalucía regula el derecho de toda persona a contar con un medio ambiente sostenible y saludable, pudiendo disfrutar de los recursos naturales, del entorno y del paisaje en condiciones de igualdad. Además, garantiza una adecuada protección de la diversidad biológica y de los procesos ecológicos, el patrimonio natural, el paisaje, el agua, el aire y los recursos naturales (Art. 28.1, .2, .3). Esto se vulnera al establecer el territorio andaluz casi en su totalidad como coto de caza, reserva de caza o zona de caza controlada.
Consideramos responsables a todos los partidos con representación en el Parlamento de Andalucía de que la montería y la rehala vayan a ser blindadas declarándolas Bien de Interés Cultural.
Adelante, a por ellos con toda la fuerza posible!! Será una tarea ardua pero hay que “desmedievalizar” o “desbarbarizar” (perdón por los palabros) el país de una vez por todas.