La última Conferencia de Ministros de Agicultura (AMK) celebrada en Münster, Alemania, se ha posicionado a favor de algunas de las más importantes reivindicaciones de los colectivos que nos posicionamos en contra del trato que padecen los animales en las granjas. Entre los primeros avances necesarios están la prohibición del transporte de animales vivos (en una primera fase fuera de la Unión Europea) y la obligatoriedad de un etiquetado que muestre el tipo de condiciones en las que han estado los animales para que los consumidores puedan tomar decisiones conscientes. Los Ministros de Agricultura en Alemania se acaban de posicionar a favor de ambas peticiones y han decidido elevarlas a la Unión Europea.

En el Partido Animalista pedimos al Ministerio de Agricultura español que tome nota de los pasos que acaba de dar Alemania. Sería muy importante para seguir avanzando contra el sufrimiento de estos animales que nuestro país siga la misma estela que Alemania.

Los ministros alemanes aprobaron posicionarse para que se prohíba en su totalidad el transporte de animales vivos de las granjas europeas a mataderos de países fuera de la Unión Europea, así como que se “revise la normativa al respecto para garantizar un mayor bienestar de los animales”. Esto supone un avance importante de cara a la presión ejercida por los animalistas en el Parlamento Europeo con el objetivo de hacer frente a la horrible situación que padecen estos animales. Por su puesto, es sólo un paso y nuestras reivindicaciones seguirán adelante para liberar a los animales del sufrimiento y el maltrato que padecen en las granjas de explotación. Sin embargo, se trata de un hecho importante habida cuenta del peso que tiene el país germano en las decisiones que se acaban tomando en Bruselas.

Otra de las reivindicaciones históricas del Partido Animalista es el etiquetado de los productos de origen animal para que el consumidor pueda estar perfectamente informado del modo en que son tratados en las granjas. Los ministros alemanes aprobaron implantar la medida en su país, pero también elevarla a Bruselas para que sea obligatorio en todos los países de la Unión Europea. Sería un paso fundamental para hacer que la población conozca el trato al que son sometidos los animales en las granjas, permitir que puedan optar por decisiones de consumo basadas en la ética y fomentar otras opciones como las dietas basadas en vegetales.