Hoy se celebra en todo el mundo el Día Internacional de la Niña, que fue decretado el 11 de octubre de 2011 por la Asamblea Nacional de Naciones Unidas para dar visibilidad a la falta de oportunidades y protección que sufren las niñas alrededor de todo el mundo.
La infancia debería ser respetada y protegida. Niñas y niños deberían tener los mismos derechos en todo el mundo, pero la triste realidad es que son ellas quienes sufren una mayor vulnerabilidad y pérdida de sus derechos fundamentales. Las niñas son las víctimas de situaciones terribles, que perpetúan las condiciones desfavorables de aquellas mujeres que arrastran durante toda su vida la secuela de la falta de oportunidades que sufrieron durante su infancia.
Los datos son escalofriantes. Una de cada cinco niñas en el mundo no tiene acceso a la educación. De hecho, las niñas no escolarizadas tienen tres veces más probabilidades de estar casadas a los 18 años que aquellas que tienen educación secundaria o superior. Una niña con educación es una niña con futuro, y por ello numerosas organizaciones internacionales están implantando proyectos educativos centrados en mejorar las condiciones de vida de las niñas que han sido apartadas de las aulas por diversos motivos. Según UNICEF, en zonas de conflicto las niñas tienen 2,5 veces más posibilidades de que las saquen del colegio a la fuerza.
Además, son las niñas quienes soportan el peso de las tareas domésticas de toda índole; en los lugares donde el acceso al agua potable es muy limitado son las encargadas de buscarla, enfrentándose a multitud de riesgos desde los primeros años de su infancia. Caminan solas largas distancias hasta los pozos más cercanos, exponiéndose a abusos y posibles secuestros para explotación y trata de menores. Según UNICEF, las niñas dedican a las tareas del hogar 160 millones de horas más que los niños cada día. Emplean un 30 por ciento más de su tiempo en lavar, cocinar o cuidar de familiares.
Según Save The Children, más de 20.000 niñas al día, en todo el mundo, son obligadas a contraer matrimonio sin haber alcanzado la edad mínima permitida por la ley. Se trata de menores que ven truncada su vida dejando de lado su infancia para convertirse en pequeñas con responsabilidades adultas.
Es necesario proteger por ley la igualdad de oportunidades y protección para la infancia, sin hacer distinciones injustas entre niños y niñas. Es tarea de todos denunciar y poner el foco en situaciones de abuso que no permiten a las niñas desarrollar su potencial plenamente, quedando relegadas a tareas en las que no pueden formarse ni tener una vida independiente y plena. Por un futuro de todas y todos, por la igualdad de derechos y de oportunidades.
Ojala, a ver si es verdad y dejamos de estar en manos de sanguinarios corruptos, para el buen futuro de este mundo.