En el Día de Andalucía es imposible pasar por alto la figura del mítico Blas Infante; político, escritor e intelectual malagueño cuyo activismo y aportación cultural fue un importantísimo motor de impulso para la identidad andaluza de nuestros días. Infante fue el precursor del actual Estatuto de Autonomía de Andalucía, creó su himno, su bandera y dio pie a la construcción del carácter andaluz arraigado en el mundo rural, el campesinado y las costumbres tradicionales con fuertes influencias árabes. Volcó todo su saber en su obra culmen de 1914: Ideal Andaluz, publicada meses más tarde en un revuelto clima social y político.
Blas Infante era un amante del saber. Un erudito adelantado a su tiempo que entendía la sensibilidad como un deber y no como una característica. Este sentimiento de piedad que tanto le caracterizaba se proyectaba directamente en sus acciones y comportamientos caritativos hacia las personas que le rodeaban, pero también hacia los animales.
En 1885, año que vio nacer a Infante, la tauromaquia ya estaba fuertemente consolidada como actividad lúdica para pudientes y por la que los menos agraciados económicamente se rasgaban las vestiduras con tal de conseguir una entrada, según los escritos. La alfabetización era escasa y el pasar de la vida se limitaba a regocijarse en una ignorancia que Infante, simplemente, se negaba a aceptar.
Nacido en Málaga y asiduo espectador un mundo rural del que aprendía y participaba, Infante aprendió a sacar la esencia de su patria andaluza a partir de cada singularidad que, si bien era concebida como cotidiana, para él era un símbolo inequívoco de una identidad que había sido desaprovechada hasta la fecha.
A realzarla dedicó su vida hasta su fusilamiento el 11 de agosto de 1936 bajo la acusación de propiciar actividad propagandista para la «constitución de un partido andalucista o regionalista andaluz». Quedó a las puertas del referéndum que pretendía aprobar el Estatuto de Autonomía de Andalucía, que tuvo que esperar hasta la muerte de Francisco Franco en 1975 para finalmente aprobarse en 1981.
Infante fue reconocido como Padre de la Patria Andaluza por el Parlamento de Andalucía en 1983 y nombrado presidente de honor de la Junta de Andalucía en mayo de 2010.
Un animalista declarado
Desde PACMA queremos recordar que esta figura histórica, cuya participación fue indiscutiblemente decisiva para la constitución de la identidad andaluza, era un activista animalista que declaró en múltiples ocasiones su desprecio por actividades crueles con los animales, como la tauromaquia.
Ya en 1916, Infante declaró en un periódico local sobre una corrida de toros que José Gómez Gallito iba a celebrar para los niños sevillanos que «es para el espíritu de la infancia un espectáculo cruel, y contra el espectáculo que se va a dar a los niños y el espectáculo que va a dar a Sevilla ante todo el mundo, protestamos respetuosamente mas con toda energía”.
En 1919, se reafirmó, asegurando que «no dirán ustedes que los toros para mí nada significan aunque repugne las corridas y me abstenga de presenciarlas como ritos bárbaros y ancestrales”.
Nuestro presidente, Javier Luna, afirma que no se habla lo suficiente de esta faceta del ilustre político porque su ejemplo «no casa» con la imagen que se quiere vender de Andalucía hoy en día. «Blas Infante es un ejemplo nítido de lo que es el mundo rural: convivir con la naturaleza sin abusar de ella. Entendía la cultura como algo muy lejos de matar a los toros en espectáculos dantescos o de cazarlos por diversión».
Un zorro, precisamente, fue el fiel compañero de Blas Infante durante años. Tuvo nombre propio, Don Dimas, y en su aventura también fue acompañado por animales variopintos que rescató, como un perro-lobo, un perro pequeño llamado “Napoleón”, una vaca, dos becerros, conejos, cerdos y un burra.
Activismo por los animales antes de la Guerra Civil
En 1928, Blas Infante realizó una petición al alcalde de Ayamonte contra las carreras de gallos que se celebraban en la feria local, y fue partícipe e inversor muy activo de campañas antitaurinas en colaboración con otros compañeros de corte también animalista, como su amigo Antonio Ariza Camacho; conocido por su férrea defensa de los pájaros y como impulsor de la Asociación Protectora de Animales de Sevilla.
Ariza tuvo la iniciativa de colocar placas en las puertas de los colegios animando a los niños a tener comportamientos éticos con las aves tras la aprobación de una ley en 1896 que prohibía dar caza a los insectívoros. Algunas rezaban “los hombres de buen corazón deben proteger la vida de los pájaros y favorecer su propagación, protegiéndolos. Los labradores observarán cómo disminuyen en sus tierras las malas hierbas y los insectos. La ley prohíbe la caza de los pájaros y señala pena para los infractores”.
Obras de corte animalista
Muchos estudiosos señalan que los grabados de estas placas en contra de la violencia contra las aves estaban fuertemente influenciados por obras de Infante. Es el caso, por ejemplo, de la Plegaria del Pájaro, de 1924; escrito en el que se alaba la importancia y bondades de las aves, a las que usualmente compraba enjauladas en los mercadillos locales para después liberarlas, según sus familiares.
Ese mismo año escribió «Mandamientos de Dios en favor de los animales«, y unos años antes, en 1921, su manuscrito más famoso en defensa de estos: Cuentos de animales; obra que trataba de acerca al lector a estas formas de vida alternativas y ayudarle a apreciar su incalculable valor, lejos del desprecio que Infante percibía en el trato que sus congéneres les proporcionaban.
A Don Dimas, su zorro, le dedicó dos obras: Historia de zorros y de hombres 1 y 2, en 1927, y recopiló miles de datos científicos y curiosidades sobre animales, que a día de hoy se conservan en La Casa de la Alegría, su vivienda particular convertida en un museo de la cultura andaluza.
«Infante estaría horrorizado de saber que ha sido un torero el que ha recibido la Medalla Andaluza al arte en pleno 2022, por ejemplo, o por conocer las cifras astronómicas de dinero público que se invierten en esta actividad aún en nuestros días» apunta Javier Luna. «Muchos insisten en convertir su tierra en algo indeseable y lo hacen, incluso, en su nombre. Si Blas Infante hubiera vivido hoy, posiblemente votaría a PACMA«, concluye.
Muchos andaluces de hoy quizá no saben que, hace un siglo, más o menos (años 20 del siglo XX), las Corridas de toros estaban prohibidas en las poblaciones de Andalucía donde dominaban los anarquistas. Luego vino el Golpe de Estado franquista, financiado por empresarios criminales, y una guerra civil instigada por la Iglesia Católica, como “Santa Cruzada”, que dio como resultado la Dictadura que ahora tenemos como herencia, condicionando la política española, la vida de los ciudadanos españoles y la de los individuos no humanos residentes en España.