Hoy en día la tecnología está al alcance de cualquiera. Todo el mundo lleva un smartphone en su bolsillo con una cámara de fotos, de vídeo, acceso a las redes sociales… Y es una gran ventaja si los empleamos con cautela, pero un uso incorrecto puede suponer el sufrimiento y muerte de muchos animales.
Recientemente, los medios de comunicación recogían la noticia de un oso atropellado en Somiedo (Asturias). El animal fue arrollado por la noche por un coche y quedó gravemente herido. El conductor alertó al 112 y, si hubiese esperado dentro del vehículo, probablemente el animal se hubiese quedado tendido en el suelo, presa del dolor de sus importantes lesiones. Sin embargo, decidió apearse y grabarlo con su móvil. Ante la situación de pánico, el oso se arrastró como malamente pudo hacia la zona boscosa y desapareció entre la frondosa vegetación. Dos semanas después, no se ha encontrado rastro del animal y los expertos señalan que es prácticamente imposible que haya sobrevivido sin atención veterinaria.
El peligro de retratar animales
La obsesión por filmar a la fauna silvestre, generalmente para subirlo a las redes sociales, puede poner en peligro la vida de esos animales. En 2016, un grupo de personas se topó con una cría de delfín en las aguas de la costa Argentina. En lugar de dejarla en paz o ayudarla si estaba en peligro, decidieron sacarla del mar para hacerse selfies con ella. El animal murió mientras era manipulado, pasando de mano en mano entre foto y foto.
También son tristemente famosas las imágenes obtenidas en 2018 en una montaña de Rusia, donde una madre paseaba con su osezno, subiendo una empinada ladera nevada. Un dron interrumpió su tranquilidad y se acercó peligrosamente a los úrsidos, desatando la ira de la madre, que lo intentó ahuyentar. Con el ajetreo, el osezno cayó ladera abajo, peligrando su vida, aunque finalmente logró escalar y reunirse con su madre.
Estos son solo unos cuantos ejemplos de lo que sucede cuando ponemos por delante la obsesión por lograr imágenes de animales a su seguridad. Lamentablemente, es algo cada vez más habitual y que debemos combatir con educación, respeto y empatía.
Es posible relacionarse con los animales de manera respetuosa y conseguir imágenes impresionantes sin interferir en su comportamiento. Cámaras con teleobjetivos, avistamiento de aves, seguimiento de mamíferos, etc. Son solo algunas maneras de observar la fauna sin hacerle daño ni comprometer su vida.
La gente no deja de sorprender con su estupidez. Siempre se estan superando.
Demasiada ignorancia y vandalismo campando a sus anchas.. Estos politicos ya no tienen calificativos, por permitir esto.