El Gobierno español lleva años obviando una prerrogativa internacional de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) que instó a la administraciones políticas del mundo a elaborar, difundir y promocionar guías alimentarias con dietas basadas en proteínas vegetales. PACMA es el único partido político en España que pide al gobierno que actualice sus guías de alimentación a estas recomendaciones que buscan mejorar el bienestar de los animales, la salud de las personas y el medioambiente. Prueba de ello es que Canadá acaba de actualizar su guía de alimentación y ya no recomienda consumir leche de vaca ni carne de ternera, pero sí el consumo de más alimentos de origen vegetal. Mientras tanto, en nuestro país sólo PACMA se toma en serio estas recomendaciones que la FAO considera importantes para equilibrar y frenar todas las alertas sanitarias y medioambientales que el consumo de productos de origen animal está provocando.

Un ejemplo de cómo el consumo de productos de procedencia animal son una pesada losa que pone en riesgo la vida en la tierra son las aves destinadas a consumo que malviven en las granjas. Su población mundial representa el 70% de todas las especies de aves en el planeta, pese a que se matan 60 mil millones cada año. Pero no hay que irse lejos de España para encontrar datos escalofriantes. La especie –incluyendo humanos– con mayor individuos en nuestro país es la porcina. Hoy en España hay más cerdos que personas. Una realidad que pone en cuestión el rumbo actual del consumo, más aún si tenemos en cuenta que la ganadería es la mayor muestra de maltrato animal ignorado y justificado por las leyes, y uno de los principales contaminantes mundiales. De esa preocupación por los animales, por el medioambiente y por la propia salud nace el veganismo, una forma de entender la vida que está haciendo mucho más por el planeta de lo que puedes imaginar y que es ya imparable. De hecho, la revista The Economist ha publicado que 2019 será “el año del vegano”.