El pasado 6 de octubre de 2014 la auxiliar de enfermería Teresa Romero dio positivo en las pruebas que evidenciaban que había contraído el virus del Ébola tras atender en el hospital Carlos III de Madrid al misionero Manuel García Viejo, fallecido al contagiarse con el virus. Dos días después, Excalibur, el perro de Teresa, fue ejecutado por orden judicial a instancias de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid.
El Gobierno del Partido Popular no atendió la abrumadora demanda ciudadana, que solicitaba el aislamiento del perro en cuarentena y que se le realizaran las analíticas necesarias para descartar si el animal estaba enfermo, tal y como mantenían los mayores expertos en ébola tanto a nivel nacional como internacional. En EEUU la enfermera Pham también fue diagnosticada de ébola y su perro Bentley fue sometido a cuarentena 21 días y finalmente devuelto a su familia, mientras que en España, Excalibur fue víctima de la incompetencia de un gobierno que dio de lado el clamor popular que pedía una gestión eficaz y humanitaria de una gravísima crisis sanitaria sin precedentes en nuestro país.
Teresa Romero estuvo a punto de perder la vida y su perro Excalibur fue ejecutado sin que existiera ningún diagnóstico que evidenciara que podía ser un foco de contagio del Ébola, ya que la OMS no ha asegurado que los perros sean portadores del virus.
La decisión de sacrificar a Excalibur se vio repleta de irregularidades desde el primer momento, la Ley de Protección Animal no contempla el sacrificio de animales por alerta sanitaria sin un diagnóstico previo. Una simple analítica hubiera sido suficiente para permitir que Excalibur muriese de viejo. Para ejecutar a Excalibur se argumentó que en España no había ningún centro de nivel 4 de bioseguridad para albergar este caso. Pero según el Ministerio de Economía sí que existen un Laboratorio en el Centro De investigaciones de la Salud Animal (CISA) que presume de tener nivel 4 según la Organización Mundial de Sanidad Animal desde 1993 ubicado en Valdemoro (Madrid).
Tras dos años de la ejecución de Excálibur, PACMA sigue exigiendo un protocolo alternativo al actual Plan de Contingencia Frente a la Sospecha de Infección Por Virus de Ébola en Perros, elaborado por el Ministerio de Agricultura, que condena a los animales sospechosos de contacto vírico a la eutanasia, sin contemplar la realización de analíticas para confirmar la enfermedad ni la cuarentena.
Q penaaa,pobre perrito ,no hay derecho q lo hayan sacrificado ,seguro q habría otras salidas pero en éste país los animales no son tomados en consideración,una lástima .Gracias por vuestra lucha PACMA.